FORMENTERA, una isla para elegirla cada día del año

Formentera inicia el día con un cautivador amanecer en los acantilados del faro de la Mola, y lo despide con espectaculares puestas de sol desde su otro faro, Cap de Barbaria.A lo largo del día, la mágica luz del Mediterráneo ilumina sus 69 km de litoral. La isla ofrece playas para todos los gustos. Al norte, la salvaje y solitaria Cavall d’en Borras, antesala de Ses Illetes, siempre entre las mejores del mundo. Está en una estrecha lengua de tierra -península de Es Trucadors- ocupando la zona de poniente y dejando la opuesta a la playa de Llevant. En la costa occidental, entre acantilados bajos, está Cala Saona. Al norte, Es Pujols, Sa Roqueta y Ses Platjetes. Y al sur, Migjorn, un arenal, con 5 km de playas y calas con zonas rocosas intercaladas

Cabo de Berbería.

Sus pueblos son la mejor muestra de la esencia y la tradición de sus gentes. La Savina es su puerta de entrada marítima, con dos puertos, el pesquero y el deportivo. Sant Francesc, la capital, atesora un genuino centro histórico en el que destaca su iglesia-fortaleza, del siglo XVIII. Sant Ferran conserva su aire bohemio. Es Pujols aglutina la mayor parte de la oferta hotelera y de ocio. Es Caló de Sant Agustí conserva su fotogénica imagen de puerto de pescadores, con sus vetustos varaderos. Y El Pilar de la Mola acoge el más famoso mercado artesanal de la isla.

Naturaleza, historia y economía se dan la mano en Ses Salines, un Parque Natural vinculado a la sal, que es Patrimonio de la Humanidad desde 1999. El Parque integra también dos lagunas (Estany Pudent y Estany des Peix), un Centro de Interpretación (Can Marroig) y una zona rocosa de curiosas formas; Sa Pedrera, una antigua cantera. Pero si hablamos de naturaleza, debemos detenernos en la Posidonia oceánica, su tesoro submarino. Una planta con 100.000 años de antigüedad que crece en fondos arenosos poco profundos. Fuente de vida para peces, algas y otros animales que protege de la erosión y depura el agua, otorgándole ese característico color ‘azul Formentera’.

Es Caló d´es mort.

Otro lujo natural de Formentera son las rutas a caballo. Hay dos que parten del Centro Hípico ubicado entre La Savina y San Francesc, la capital. La corta (una hora) bordea el Estany del Peix; la larga (dos horas) llega a cala Saona. Otra opción es perderse por sus rutas senderistas. Un centenar de kilómetros de caminos entrelazados que hacen de Formentera el escenario perfecto para pasear o pedalear descubriendo sus paisajes. Destaca la ruta de Es Caló-El Pilar de la Mola, que transcurre por el Cami de Sa Pujada, con un espectacular mirador; o la ruta de Es Cap-Torrent de S’Alga, que permite admirar uno de los lugares menos conocidos, con varaderos bien conservados y sabinas donde cuelgan a secar el ‘peix sec’, uno de los productos gastro más típicos de la isla. O tal vez una ruta de birding, un itinerario ornitológico por el Camí des Brolls, en el que poder observar las más de 200 especies de aves migratorias, acuáticas y marinas censadas.

La atmósfera serena de Formentera la convierte en el destino perfecto para desconectar del estrés de la vida cotidiana. Con una mentalidad enfocada en el bienestar, la isla ofrece numerosas opciones para rejuvenecer el cuerpo y la mente. Desde retiros de yoga en la playa hasta spas de lujo con tratamientos rejuvenecedores, Formentera brinda un espacio para reconectar consigo mismo y encontrar la paz interior.

Ses Salines d´en Marroig.

La cocina de Formentera es un deleite para los sentidos, fusionando sabores frescos y auténticos con influencias mediterráneas. Los restaurantes locales trabajan con mimo y cariño, el producto local, orgullo de la isla, ofreciendo una variedad de platos elaborados con ingredientes de la más alta calidad, desde pescado fresco capturado en el día hasta productos orgánicos cultivados en la isla. El peix sec, la ensalada payesa, miel, vino, dulces… Sentarse a la mesa en Formentera es homenajear a tus sentidos.

A pesar de su tranquilidad, Formentera también tiene un lado vibrante y festivo que atrae a visitantes de todas partes del mundo. Animados bares en la playa, donde se disfruta de cócteles al atardecer. Clubes nocturnos donde la música electrónica resuena hasta altas horas de la noche… La isla ofrece una emocionante vida nocturna que complementa su serena belleza diurna. Además, eventos culturales y festivales locales durante todo el año brindan la oportunidad de sumergirse en la auténtica vida isleña y celebrar la diversidad y la creatividad de Formentera.

Y para despedir el día, nada mejor que desplazarse hasta el Cabo de Barbaria, al suroeste. En medio de un paraje semilunar, los rotundos acantilados que lo arropan se transforman al atardecer en improvisados palcos desde donde contemplar cómo el sol se acuna en el horizonte mediterráneo hasta desaparecer dejando el cielo teñido de su rojiza estela. Es la Formentera que has elegido, pero hay más… ¡Disfrútalas todas!

Hotel Five Flowers.

MÁS INFORMACION

Web oficial de la Oficina de Turismo de Formentera.

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