CAT ISLAND, la salvaje de BAHAMAS

Aguas cristalinas de un azul turquesa salpicadas por una constelación de más de 700 islas verdes y playas de arena fina extendiéndose bajo el sol del trópico, esto es Bahamas. Cat Island es una de ellas, quizás la más salvaje.

A Cat Island la llaman la isla del Capitan Catt, o también, la isla del gato. Se cree que el nombre de esta isla proviene del notorio pirata Arthur Catt, aunque hay algunos que se empeñan en afirmar que la gran fauna canina salvaje que habita en la zona y que fue abandonada por los colonos españoles también podía haber originado el nombre.

Se encuentra situada a 208 kilómetros al sudeste de Nassau y es una de las islas menos turísticas, pero, a la vez, la más salvaje y la que aún conserva muchas de las tradiciones de su pasado africano. Es una de las islas más pintorescas y tranquilas de las Bahamas. Con una superficie de aproximadamente 390 kilómetros cuadrados, es la sexta isla más grande del archipiélago, pero es una de las menos pobladas, con alrededor de 1.500 habitantes.

La isla de Cat Island es conocida por su belleza natural y su rica historia cultural. Se cree que fue descubierta por Cristóbal Colón en su viaje a América en 1492, y luego fue habitada por la tribu indígena de los Lucayos. Durante los siglos XVII y XVIII, la isla fue colonizada por los británicos, quienes introdujeron la agricultura y la pesca en la zona.

Hoy en día, la isla es un popular destino turístico gracias a sus impresionantes playas, su rica cultura y su fascinante historia. Cat Island es también conocida por ser un destino de ecoturismo, ya que cuenta con una gran variedad de flora y fauna autóctona que se pueden observar en sus parques naturales y reservas marinas.

Una de las principales atracciones turísticas de Cat Island son sus playas. La isla cuenta con más de 50 kilómetros de playas de arena blanca y aguas cristalinas, que son ideales para nadar, bucear, practicar esnórquel y hacer deportes acuáticos. Las playas más populares de Cat Island son Fernandez Bay, New Bight Beach y Greenwood Beach.

Otra de las principales atracciones turísticas de la isla es su cultura. Cat Island es conocida por sus festivales culturales, que se celebran durante todo el año y que incluyen música, danza y comida local. Uno de los festivales más populares es el Festival de la Herencia de Cat Island, que se celebra en abril y que celebra la cultura local con música, comida y danza tradicional.

La isla de Cat Island también es conocida por sus parques naturales y reservas marinas. Uno de los parques más populares es el Parque Nacional de Cat Island, que cuenta con una gran variedad de flora y fauna autóctona, incluyendo especies raras de aves y reptiles. La reserva marina de Bight of Robinson también es una atracción popular para los visitantes, ya que cuenta con una gran cantidad de vida marina, como tortugas marinas, delfines y tiburones.

Además de su belleza natural y su rica cultura, Cat Island también es conocida por sus iglesias históricas. La isla cuenta con varias iglesias antiguas, algunas de las cuales datan del siglo XVIII, que son consideradas como joyas arquitectónicas y patrimonio cultural de la isla. La iglesia más famosa es la Iglesia de la Santa Trinidad en Port Howe, que es conocida por su impresionante arquitectura y su papel en la historia de la isla.

Los Lucayos, también conocidos como los Taínos de las Bahamas, fueron una tribu indígena que habitó las islas de las Bahamas antes de la llegada de los europeos. Aunque su cultura y su pueblo se extinguieron hace mucho tiempo, los Lucayos dejaron una huella indeleble en la historia y la cultura de las Bahamas.

Fueron un un pueblo pacífico que vivía en pequeñas aldeas y se dedicaba principalmente a la agricultura, la pesca y la caza. Vivían en chozas construidas con ramas y hojas de palma y utilizaban canoas para navegar entre las islas.

Su historia comenzó hace más de mil años, cuando migraron desde Sudamérica hacia el Caribe. A medida que se establecieron en las Bahamas, desarrollaron una cultura propia y comenzaron a comerciar con otras tribus y pueblos del Caribe.

Durante siglos, los Lucayos vivieron en armonía con la naturaleza y la tierra que les rodeaba. Cultivaron una gran variedad de cultivos, incluyendo maíz, yuca, batatas y algodón, y cazaron animales como iguanas y conejos. También pescaban en los arrecifes cercanos y recolectaban mariscos y moluscos.

La llegada de los británicos a las Bahamas en el siglo XVII marcó un cambio importante para ellos. Aunque los británicos no esclavizaron a los indígenas, sí los obligaron a trabajar en sus plantaciones y a realizar otras tareas laborales. Los Lucayos también sufrieron de enfermedades traídas por los europeos, como la viruela y el sarampión, que diezmaron gran parte de la población.

Hoy en día, su cultura sigue siendo una parte importante de la historia y la identidad de las Bahamas. La música, la danza y la comida local están influenciadas por la cultura de los Lucayos, y hay muchos lugares en las islas que recuerdan su legado.

Uno de los lugares más importantes para aprender sobre la cultura Lucaya es en el Parque Nacional Lucayan en Grand Bahama. El parque cuenta con un centro de visitantes donde se pueden ver exposiciones sobre la historia y la cultura de los indígenas de las Bahamas, así como una réplica de una aldea Lucaya. Otro lugar importante para la cultura Lucaya es en el Museo de la Herencia de las Bahamas en Nassau. El museo cuenta con una sección dedicada a la historia y la cultura de los indígenas de las Bahamas, que incluye artefactos, fotografías y otras exposiciones.

La historia de Arthur’s Town se remonta a la época de la colonización europea de las Bahamas. El pueblo lleva el nombre del gobernador de las Bahamas en ese momento, el Capitán Arthur. Durante la época colonial, Arthur’s Town se convirtió en un importante puerto pesquero y comercial, y fue un lugar popular para los barcos que navegaban entre las islas del Caribe.

Hoy en día, Arthur’s Town es una comunidad tranquila y apacible, con un encanto y una belleza natural que atraen a turistas de todo el mundo. La playa de Arthur’s Town es una de las más hermosas de las Bahamas, con aguas cristalinas y arena blanca que la hacen perfecta para nadar, bucear y relajarse en la playa.

Además de sus playas y paisajes impresionantes, Arthur’s Town también tiene una cultura única y vibrante que atrae a visitantes interesados en la historia y la cultura local. Una de las atracciones más populares de la ciudad es la iglesia de San Francisco de Asís, una impresionante iglesia católica construida en el siglo XIX que sigue siendo un importante lugar de culto para la comunidad.

Otra atracción popular en Arthur’s Town es el Festival de la Cosecha de Mango, que se celebra cada año en julio. El festival es una oportunidad para que los lugareños y visitantes celebren la temporada de mango, que es una parte importante de la agricultura y la cultura local. El festival incluye música en vivo, baile, comida local y otras actividades divertidas.

Los visitantes también pueden explorar la historia y la cultura de la comunidad visitando el Museo de la Herencia de Cat Island, ubicado en la cercana ciudad de Port Howe. El museo cuenta con exposiciones sobre la historia de Cat Island, incluyendo objetos de la época, así como algunas fotografías históricas.

Además de sus atracciones turísticas, Arthur’s Town también es un excelente lugar para disfrutar de la comida y la bebida local. Los restaurantes y bares del pueblo ofrecen platos locales deliciosos, como el plato nacional de las Bahamas, el conch salad, así como cócteles tropicales frescos y cervezas locales.

Donna Kaesler me da la bienvenida en el hotel Fernandez Bay Village y me enseña algunos de los libros que guardan las tradiciones de la isla. Me llama la atención uno de ellos que habla del obeah, una especie de religión de matices africanos y tintes budistas que algunos lugareños siguen practicando, y que sobretodo significa sustituir la medicina tradicional por plantas curativas y algo de magia negra. Comienzo a explorar la isla en bicicleta. Rápidamente llego hasta la caseta de Iva Thompson, una amable anciana que se dedica a la elaboración de todo tipo de artesanía elaborada en paja: gorros, cestos, canastas…, aunque por lo visto no es la única, ya que estos son los souvenirs típicos de la zona. Llego justo al atardecer al punto más alto de las Bahamas, el

Monte Alvernia con tan sólo 63 metros de alto. En este enclave de meditación se alza la Ermita del Padre Jerome, un monasterio medieval construido por un ermitaño penitente y que proporciona en la actualidad las mejores vistas de la zona. El día siguiente lo empleo para acercarme hasta el pueblo de Arthur’s Town situado al norte de la isla. En el trayecto algunos hombres a caballo se cruzan en mi camino mientras las ancianas tejen sus artesanías en los porches de sus casas.

Por la tarde decido quedarme en el hotel y cambiar la bicicleta por el kayak. Bañarse en una playa paradisíaca como ésta y poder descansar en una buena hamaca es algo con lo que uno no cuenta todos los días.

Más información

Turismo de Bahamas.

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